¿CÓMO ACTUAR EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES?

Haz estado invadida por emociones como el pánico, la inquietud, la desilusión o la tristeza; déjanos decirte que es totalmente natural sentirse así.

Los tiempos difíciles son “un cambio drástico y de cosas importantes en un caso determinado”, pero también puede entenderse con una sola palabra: inestabilidad. Una inestabilidad ocurrida entre un lapso de tiempo.

Es comprensible que busques sentirte mejor. Pero ¿Cómo lograrlo? ¡Aprendiendo de tus emociones!  Por eso, hemos traído unos consejos que te ayudarán en los tiempos difíciles

1. No puedes evitar sentir estas emociones

Las emociones como la desilusión o la tristeza son la forma en que se manifiestan tus sentimientos. Si una situación te intranquiliza, es probable que sientas enojo o miedo. 

No puedes evitarlas, pero sí puedes intentar entenderlas internamente. No existen las malas emociones, sino emociones agradables y desagradables.

  • Emociones agradables: alivio, cariño, amor, plenitud, gratitud, etc.
  • Emociones desagradables: sospecha, desilusión, miedo, pánico, etc.

Estas son las que no faltan los tiempos de difíciles

2. Acepta el cambio

Los tiempos difíciles nunca pasan desapercibidos. Impacta en toda la sociedad. Aceptar lo que pasa en nuestro entorno es otra forma de aprender a manejarnos.

¿Cómo hacerlo?

  • Acepta los que no es agradable.
  • Sé tolerante.
  • Reconoce lo que está pasando en ti.
  • Analiza qué ha cambiado y qué puedes aprender para adaptarte al cambio.
  • No seas duro/a contigo mismo/a.


Nunca niegues el cambio porque solo puede generar emociones desagradables.

3. Establece límites y respétalos

Establecer límites en tus tiempos es otra forma de lidiar con tus emociones desagradables. Tómate unos minutos y prioriza y organiza tus actividades.

  • Trata de mantener un equilibrio entre tu vida laboral y la personal.
  • Aprende a decir no sin sentirte culpable.
  • El exceso de información genera estrés o ansiedad. Establece tiempos solo para informarte de lo que está ocurriendo.
  • Desconéctate de las redes sociales por períodos breves de tiempo o los que creas necesarios. 

4. Sé resiliente

La resiliencia es la «capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, o un mal mes en ventas etc.». En otras palabras, la resiliencia puede entenderse como la capacidad de una persona para seguir adelante luego de un evento desagradable.

¿Cómo ser resiliente en tiempos de crisis?

  • Pregúntate: ¿quién quieres ser durante esta situación?
  • Encuentra un propósito y enfócate.
  • Aceptar que los problemas no duran para siempre.
  • Acepta que la vida tiene momentos duros.
  • Reconoce que las circunstancias nunca son como esperamos. 
  • No te culpes, no seas duro contigo.
  • Apóyate en las personas que amas y te aman.
  • Apoya a los que te rodean.
  • Toma acciones decisivas.

5. Enfócate en tus fortalezas

¿Qué más puedes hacer por ti mismo durante un tiempo difícil?

 Identifica y apóyate en tus fortalezas. 

Las fortalezas son aquellas cualidades que te hacen destacar en algo de manera positiva. Todos las tenemos identifica las tuyas.

6. Conversa con tus seres queridos y amigos/amigas

Recuerda que no estás sola o solo y que tampoco eres el único o la única que puede estar sintiendo estas emociones. hablar con alguien nos impulsa a practicar la empatía y  también puede ayudarnos a sentirnos acompañados y comprendidos.

Cuídate y cuida a los demás. Recuerda que, si experimentas mucha ansiedad, enojo o desesperanza, lo mejor es pedir ayuda a un profesional.

Inspirado en Crehana

DOS MUNDOS UNIDOS CON CREADIRECTORA

¿Cómo ser madre y una exitosa profesional a la vez, y no morir en el intento?

Suena a frase trillada y graciosa, pero, ¿quién no se lo ha preguntado?

¡Ser mujer, sin duda es maravilloso!

Es un conjunto infinito de cualidades y dones, que nos caracteriza y posiciona en un lugar privilegiado de la vida. Somos la representación física del amor puro, la belleza, la astucia, la bondad, la paciencia, resiliencia, y fuerza.

En el pasado, la crianza se basaba en aprender, a veces a edad prematura, los quehaceres del hogar y nos adoctrinaban para concebir, engendrar, y criar hijos. Incluso, nos negaban el acceso a los derechos básicos, quedando la mujer, en la sumisión absoluta. Prueba de esto son las costumbres y tradiciones de nuestras madres, abuelas y ancestros.

¡Ser madre, es mucho más que eso! Es el inicio y desarrollo de un milagro llamado, vida. Cualidad única de nuestro género. No solo por nuestra fisionomía, sino por todo lo que requiere y conlleva tal responsabilidad. Como habilidad innata, podemos realizar diferentes tareas y roles al mismo tiempo. Dejando una huella sin igual, plasmada en cada una de nuestras acciones.

En tiempos actuales, tenemos la opción de estudiar, ser profesionales, trabajar y desenvolvernos como madres, esposas, hijas, hermanas, y mujeres integrales. Hoy por hoy, y gracias a las luchas constantes en todo el mundo, estamos logrando el reconocimiento total de nuestros derechos y participación en todos los sectores de manera equitativa con el género masculino.

Ahora bien; Ser madre es una decisión personal y consciente que tenemos como mujeres. Es una labor de tiempo completo. Exige todo de nosotras. Pensar en lo que implica formar seres humanos sanos y felices es un gran desafío y responsabilidad. Y si a eso le sumamos, el cumplimiento de las funciones adquiridas en el ámbito laboral… representa un verdadero reto.

Para nadie es un secreto, que es una tarea difícil de cumplir. Sería fenomenal poder multiplicarse por dos, tres o hasta cuatro para poder estar en todo lugar y momento cumpliendo con lo que se supone «es nuestro deber». ¡Parece una misión imposible! Y más que ejecutar nuestros diferentes roles, se trata de la calidad del tiempo dedicado y el éxito de las labores desempeñadas.

¿Cómo Hacerlo?

¡Si a simple vista, la vida profesional y ser mamá 24/7 es una mezcla heterogénea! Es querer mezclar el agua y el aceite. Desde mi experiencia personal, puedo contarles que hace un tiempo me encontré atrapada en esa conclusión, con una agravante… ser padre y madre a la vez. Me sentí frustrada, perdida, inútil, y desahuciada.

No quería dejar a mis hijos ni un momento solos, porque sabía que necesitaban a su madre, y era mi deber ponerle el doble de amor a sus corazones para subsanar de alguna manera el vacío que dejó su padre. Además de todas las demás labores del hogar.

Pero… ¿Si yo estaba en la casa cuidando los niños y ocupándome de los quehaceres… ¿quién iba a encargarse de conseguir los recursos económicos para vivir? Cada día los ahorros eran menos, la situación era más complicada, los gastos del hogar seguían restando, las necesidades escolares y personales de los niños, y lo que conlleva ser un adulto responsable, me tenían contra las cuerdas, y me llevaron al límite. Muchas noches lloré, sin saber qué hacer, ni cómo hacerlo, sintiendo que no sería capaz de salir de ahí, que ya no podía más, suplicando a Dios que guiara mi camino y en su misericordia me concediera un poco de Fe y esperanza.

¡Los ángeles existen, señoras y señores! Y no son como los describen en los cuentos y películas. Para sorpresa de todos, fueron mujeres, el instrumento que Dios usó para alentarme y compartirme algo de su luz, disipando la oscuridad en la que me encontraba. ¡Mujeres! Que me incentivaron a trabajar en mí y mis heridas. Mujeres que me ayudaron a ver que no era el final. Mujeres que me impulsaron a creer en mí, a darme cuenta de que podía continuar y hacer de mis hijos grandes personas a pesar del dolor, las dificultades y obstáculos. Que desde el amor propio se construyen y tejen unas a otras, con un abrazo que te hace sentir que ¡No estás sola!

Empecé a sanar y reconocerme como un ser humano, imperfecto (como todos), pero que la diferencia radica en los resultados, cuando se da lo mejor de sí mismo. Una energía bonita y positiva resplandece y se convierte en imán, atrayendo hermosas almas que nos recargan, siendo complemento de otras. De esa manera llegué a Crea Directora. Un proyecto de jóvenes emprendedores de nuestra Colombia. Que le apuestan a la calidad humana y profesional de su gente. Que tienen sueños, metas, y propósitos en sus vidas, con el objetivo claro de trabajar día a día, en pro de sus ideales. Jóvenes que vieron en mí, cualidades, aptitudes y conocimientos valiosos para su empresa. En este corto tiempo, he podido compartir hermosos momentos con mis hijos, acompañarlos en el progreso de sus estudios, cuidar de su salud física y emocional, y trabajar desde mi casa, generando ingresos, sin perderme ningún detalle de cada etapa de su crecimiento.

Es un emprendimiento creado y pensado en esas madres y mujeres emprendedoras, donde se potencializa sus capacidades en búsqueda del éxito empresarial. Mujeres polifacéticas y berracas. Que, como yo, aman su familia, pero también aman sentirse importantes y útiles, alcanzando la plenitud de su ser. Mujeres y madres felices, forman hijos felices. Hoy, después de todo lo que viví y aprendí, te digo… ¡Ánimo! ¡Tú puedes con eso y más! ¡Eres una guerrera innata! ¡Eres mujer! Cree en ti.

By Marcela Garcia – Customer Service CreaDirectora

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